Pingüinos en París, ha alcanzado su tercera edición. Editorial Comuniter ha cambiado el formato y añadido veinte fotografías de los half-track de «La Nueve» en la nueva publicación.
Ya sabéis que podéis adquirirla en vuestra librería o en la web de Editorial Comuniter, con los gastos de envío gratuitos:
Todas las muertes de estos días han sido dolorosas; sin embargo, esta de la que voy a hablarles tiene algo de especial para mí. En el 2016 escribí una novela: Pingüinos en París, en la que relataba, entre muchas otras cosas, la liberación de París el 24 de agosto de 1944. Los alemanes tenían ocupada la capital francesa desde el 22 de junio de 1940 y no fue hasta la fecha que les he apuntado cuando las primeras fuerzas aliadas penetraron en la ciudad por la Puerta de Italia, haciendo que todas las campanas de París repicaran por su liberación. En aquel momento, solo una pequeña fuerza de la División Leclerc representaba la avanzadilla liberadora. Eran un grupo de republicanos españoles encuadrados en una de las compañías de la División: La Nueve.
Cuando empecé a escribir la novela, solo quedaban cuatro supervivientes de La Nueve, a tres de ellos pude saludarlos brevemente el 2014 en París cuando se celebró el setenta aniversario de la liberación. Eran todos hombres de edades superiores a los noventa años. En abril del 2017, ya publicada la novela, la ciudad de Madrid quiso dedicar unos jardines a la memoria de los combatientes de La Nueve. La entonces alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, tuvo el detalle de invitarme a la inauguración. Allí fuimos unos cuantos, entre ellos la alcaldesa de París, Anne Hidalgo y Evelyn Mesquida, la escritora que recuperó la memoria de la compañía española y prologuista de mi novela; la hija del capitán Dronne, comandante de La Nueve y también las cenizas del catalán Luis Royo, penúltimo superviviente, que había fallecido pocos meses antes. Esas cenizas fueron depositadas en el cementerio de La Almudena.
Pero quien más llamó la atención de todos fue el último superviviente, Rafael Gómez, conductor de half-track y que pese a su avanzada edad recibió con simpatía y paciencia las felicitaciones y congratulaciones de cuantos estábamos allí. Él nos iba estrechando las manos, cubierto con un Bonet como los que llevaban, como detalle francés, en sus uniformes de infantería mecanizada norteamericana. Le prometí que llevaría uno igual en la Feria de Libro de Madrid mientras firmaba ejemplares de mi novela. Me miró y sonrió, creo que perdido en los recuerdos de una tarde veraniega de 1944.
Rafael ha fallecido en Estrasburgo donde residía. Se lo ha llevado un enemigo común de los europeos y de la Humanidad, el covid19, como en otro tiempo lo fueron los nazis. Sus 99 años son un ejemplo de resistencia y y eso es lo que cuenta. Porque en estos momentos en que libramos una nueva guerra, esta vez contra un enemigo invisible, el objetivo tiene que ser librarnos de él con unidad y determinación, como hubiese querido el bueno de Rafael Gómez. Descanse en paz el último de La Nueve.
En mi novela Pingüinos en París aparece como uno de los principales protagonistas Martín Bernal (Garcés). A él y a José Cortés, otro de los componentes de la famosa compañía, les homenajea la ciudad donde vivieron en Francia después de la II Guerra Mundial.
La población de Choisy-le-roi, cercana a París, organiza unas jornadas sobre los refugiados republicanos españoles desde el día 8 de mayo hasta el 31 del mismo mes. Entre los actos que se realizaran está la inauguración de una placa en el 38 de la rue Emilie Zola en recuerdo de sus dos ilustres vecinos combatientes de la División Leclerc y libertadores de París.
Componentes de La Nueve en Inglaterra, Martín Bernal es el primero de la izquierda de la primera fila.
Estimadas y estimados seguidores de Los Pingüinos, mi próxima novela saldrá en mayo con esta sugerente portada.
Se trata de la segunda aventura de «Los misterios de JB», que se inició con MANILA HOTEL
Como veréis no se trata de las historias de LA NUEVE, pero si de una novela negra que os entusiasmará. Para saber más: LOS INFINITOS NOMBRES DEL DIABLO
Ayer la Sexta hizo un interesante programa de los españoles que lucharon en la II Guerra Mundial. Entre el relato general se hizo hincapié en la liberación de París por parte de La Nueve, hechos que aparecen relatados en «Pingüinos en París».
El programa contó con la aparición de mi amiga Evelyn Mesquida autora de La Nueve y prologuista de mi novela.
Fue un programa reivindicativo y muy entretenido con algunos errores de bulto, pero muy significativo después de tantos años de olvido. Uno de los gazapos de los guionistas de la Sexta fue insistir e insistir en llamar tanques a los carros de combate y a los half track que eran los que llevaban nombres españoles en sus carrocerías. Podéis verlos a todos en esta misma página en el siguiente enlace.
Otro de los gazapos de la Sexta fue el de hablar de «olvidos injustos» cuando mencionaron a Armando Granell, segundo de La Nueve, mostrando una foto con el capitán Dronne preparando el asalto a la Telefónica de París y «olvidaron» que otro de los oficiales que aparecen en la misma foto era Martín Bernal, apodado Garcés, un zaragozano que recibió varias cruces de guerra, una de ellas por el asalto que estaban planeando y que, posteriormente, fue nombrado caballero de la Legión de Honor por sus heroicidades en la Segunda División Blindada de Leclerc y concretamente en La Nueve.
El jeep de Dronne, con gorra de oficial, a su derecha, apoyado en el vehículo, Martín Bernal; a su izquierda, de pie, Amado Granell y el soldado Perlian. (foto archivo autor)
Amado Granell encabezó el desfile del día 26 a bordo de su Tatra, seguido del Santander. Algo más atrás estaba Martín, a bordo del half- track Teruel.
Aunque mi novela «Pingüinos en París» pasa por ser una novela que describe tiempos de guerra y termina con un hecho histórico – la liberación de París – que permaneció en su realidad demasiado tiempo oculto, lo cierto es que trata de ser una novela de personajes, de sentimientos y vivencias que sorprenderán al lector.
Es cierto que se desarrolla en un momento apasionante y conflictivo para la Humanidad y que la Guerra Civil y la II Guerra Mundial son el escenario prioritario donde las actrices y actores del libro encuentran o pierden lo mejor de sus existencias.
Sin embargo, Pingüinos en París, es básicamente un compendio de historias individuales, amores, canciones, fotografías, lugares, situaciones y sentimientos dentro de un contexto histórico. Su lectura conseguirá fundirnos con los personajes y vivir sus perspectivas y condicionantes como si de las nuestras se tratara. Seremos, Hugo, Nicoletta, David, Fiorella, Robert, Gerda… o cualquiera de ellos entrelazados por el milagro de las palabras. Veremos sus rostros, oiremos sus canciones, abrazaremos sus cuerpos y tendremos sus dudas y pensamientos en lugares como La Toscana, Barcelona, Madrid, Teruel, Livorno, Roma, San Giovanni o Pocklington… incluso dispararemos con ellos en las calles de París.
Algunos de su personajes, sin dejar de ser como son, se han rebelado en boca de sus hijos y nietos y he procurado trasmitirles el porqué elegí a sus ancestros como cómplices de mi libro. Así los familiares me han ayudado, comentado e interesado por esa nueva vida de sus deudos. En esta página podéis encontrar comentarios, fotos, pregunta y correcciones de algunos de ellos. Porque los personajes de Pingüinos en París siguen vivos en muchas memorias.
Pingüinos enParís, os emocionará… y tendréis que contármelo.
Uno de los personajes de mi novela Pingüinos en París es Gerda Taro. La fotoreportera, pareja de Robert Capa, en la novela cuento los momentos dramáticos de julio y agosto del 36 en Barcelona. Dos ejemplos emblemáticos de lo que fueron aquellos combates vistos por Gerda y Hans Gutmann (Juanito).
Niño con gorro de la FAI en la Brecha de San Pau en el Paralelo barcelonés, en agosto del 36. Foto de Gerda Taro,
Foto de miliciana – María Guinestá (Toulouse, 20 de enero de 1919 – París, 6 de enero de 2014) en el tejado del Hotel Colón en la Plaza de Catalunya. Al fondo la Catedral, la Torre de San Sebastían y el mar. Foto Hans Gutmann.